Hola pequeños detectives. ¿Qué tal va el acertijo de los triángulos? ¿Díficil o fácil? Os dejaré más tiempo para pensar, no sin antes daros consejos para encauzar vuestro método de observación:
-Haz un reconocimiento general de la fotografía, las primeras impresiones son importantes, y en algunos casos nos pueden engañar, pero nos dan una idea de a qué nos enfrentamos.
-Sigue unas pautas que tú mismo te marques. Puedes empezar a contar los triángulos más grandes, luego pasar a los pequeños y viceversa. Cada uno tiene un punto de vista, y por tanto un método que puede seguir fácilmente cada persona de manera independiente.
¿Ya os haceis una idea? Recordad: paciencia.
Pues bien, ahora paso a contar curiosos pero tremendos crímenes que se han dado en la historia.
Uno de ellos a manos de los padres de la ginecología Hunter y William Smellíe. Interesados siempre por la anatomía, a pesar de ser rivales, dedicaban horas de estudio juntos. Con afán de obtener fama, decidieron estudiar el útero de la mujer, por lo que necesitaban mujeres embarazadas, a poder ser casi a punto de dar a luz. Pero debido a la escasez de muertes naturales en ese estado, se dice que llegaron incluso a matar a mujeres embarazadas. Probablemente no fueron los autores materiales de aquellos homicidios ocurridos entre 1750 y 1754, pero sí fueron los autores intelectuales. Conducidas por engaños, las madres (normalmente primerizas) eran llevadas hasta la propia sala de disección donde eran asfixiadas para evitar el mayor daño posible a la madre y sobretodo al niño. Pero la sociedad de Londres sospechaba. Acusados de homicidio, fueron exculpados por las faltas de pruebas, a pesar de los miles de dibujos y atlas que se habían publicado, con imágenes del útero de la mujer con el bebé.
Después de esto, los crímenes cesaron durante una temporada (otra prueba mucho más incriminatoria que podría haberse declarado en su contra), pero volvieron a desaparecer mujeres embarazadas. Tras la muerte de Smellíe, Hunter siguió con los asesinatos, incluso publicó más atlas llegando a fundar su propio centro de anatomía en Londres, donde hoy día se siguen conservando esos textos redactados por ellos en aquella época.
¿Qué pensais? En aquella época muchas luces no tenían, y las pruebas que pasaban por delante de sus narices se les escapaban, es más, dudo que tuvieran un fuerte sentido de la justicia...pero ya hablaré algún día de los fallos históricos que tuvo nuestra amada ciencia llamada criminología en sus principios.
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